En términos de contenido de aminoácidos esenciales, la proteína del trigo sarraceno es similar a la de los productos animales y, por lo tanto, se considera un sustituto equivalente de la carne. Al mismo tiempo, el trigo sarraceno es mucho más fácil de digerir.

El trigo sarraceno estabiliza los niveles de azúcar en sangre. Después de comer gachas de trigo sarraceno, los niveles de azúcar en sangre aumentan lentamente, en lugar de hacerlo de forma brusca, como ocurre con otros alimentos ricos en carbohidratos.

Los granos de trigo sarraceno son ricos en ácido fólico, que ayuda a aumentar la resistencia general del organismo a los factores ambientales adversos.

El trigo sarraceno es un producto respetuoso con el medio ambiente. Es quizás la única planta que no ha sido modificada genéticamente. El trigo sarraceno no contiene nitratos, pesticidas ni herbicidas. Esta planta simplemente no necesita productos químicos. Crece bien sin fertilizantes y se defiende de las malas hierbas y las plagas sin ayuda externa.

Una de las propiedades más importantes del trigo sarraceno es su capacidad para proteger contra el cáncer. Gracias a su contenido en flavonoides, el trigo sarraceno previene el crecimiento de tumores. Esto es especialmente importante en la situación medioambiental actual.

Además de sus propiedades anticancerígenas, el consumo de trigo sarraceno reduce el riesgo de trombosis, ayuda a limpiar los vasos sanguíneos del colesterol «malo» y previene el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.