El requesón es muy fácil de preparar a partir de la leche. A diferencia de otros quesos, no se prensa ni se deja madurar durante largos periodos de tiempo. La principal característica del requesón es su alto contenido en caseína, una proteína de la leche.
Una taza de requesón casero (200 g) con un 1 % de grasa contiene 163 calorías, 28 g de proteínas, 6 g de carbohidratos y 2 g de grasa.
Para que el requesón resulte más sabroso, se puede servir con bayas frescas o descongeladas. También se le pueden añadir especias picantes y hierbas aromáticas. Cuando se condimenta con especias picantes, el requesón se puede utilizar como relleno para sándwiches de pollo o pavo.
El requesón se debe consumir justo antes de acostarse. La caseína es la proteína más lenta de todas, por lo que el cuerpo podrá alimentarse de aminoácidos y péptidos proteicos durante toda la noche. El requesón también es útil como tentempié en el trabajo por la tarde, especialmente si tienes que hacer ejercicio.
El requesón es una fuente natural de caseína. Añádelo a las ensaladas de verduras, ensaladas de atún y ensaladas de marisco. También puedes utilizar el requesón para hacer salsa para pasta. Para ello, mezcla un poco de leche con el queso y añade trozos de aguacate. Tritura hasta que quede una mezcla homogénea y espárcela sobre la pasta.
